Anos después de la guerra, después de las bodas, de los hijos, de los divorcios, de los libros, el llego a ese lugar con su mujer. El le telefoneo, soy yo, Ella lo reconoció por la voz. El dijo solo quería oír tu voz, Ella dijo, soy yo, buenos días, estaba intimidado, tenia miedo como antes, su voz de repente temblaba. Y con el temblor, ella reconoció el acento de China.
El sabia que ella había empezado a escribir libros, los supo por alguien que se lo contó , y después ya no supo que decirle, finalmente después de tantos anos, de tantos sufrimientos y amarguras. Le dijo que la amaba, que todavía la amaba, como aquel primer día, que nunca podría olvidarla y lo mas importante que la amaría hasta su muerte...
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